09-05-2010 /20:50:28

El Picasso estrena la reordenación temática de su colección permanente.

Para cada museo, su colección permanente viene a representar su carnet de identidad. No se trata solo de qué se enseña, también cómo y sobre todo con qué intención. Desde su inauguración en 2003, el Museo Picasso Málaga había mantenido una tónica habitual para su colección permanente, sin demasiadas novedades, hasta que a finales del año pasado se produjo el momento de inflexión: con motivo de la fusión de las fundaciones que entonces gestionaban las actividades de la pinacoteca en la nueva Fundación Museo Picasso Málaga. Legado Paul, Christine y Bernard Ruiz-Picasso, la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, anunció la ampliación de la colección permanente del museo con 78 nuevas obras, 72 adquisiciones y seis donaciones procedentes de la familia Ruiz-Picasso, a las que se añadían 43 cesiones temporales en comodato a través de un convenio a quince años con la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte. Semejante empuje se traducía en un crecimiento para la colección de 155 piezas en propiedad a 233, préstamos aparte. Esta noticia se produjo poco después del nombramiento de José Lebrero, antiguo responsable del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en Sevilla, como nuevo director artístico; ambos acontecimientos apuntaban a una profunda (y por otro lado necesaria) reordenación de esa colección permanente. Pues bien, esa Nueva mirada, tal y como ha sido bautizada la exposición, ya puede visitarse en las plantas baja y primera del Palacio de Buenavista.

Esta Nueva mirada consiste en realidad en dos exposiciones, necesarias para exhibir las 233 obras. La primera ya puede visitarse y presenta un total de 117; la segunda se inaugurará el próximo 20 de julio, tras los cambios obligados por cuestiones de conservación (la mayor parte de las nuevas adquisiciones, algunas nunca mostradas hasta ahora, corresponden a obra gráfica y no pueden estar expuestas más de tres meses seguidos) y se prolongará hasta octubre. Será entonces cuando lleguen las 43 obras del préstamo en comodato, lo que obligará a una nueva revisión de la colección permanente. No obstante, más que en las nuevas adquisiciones, quien conozca la colección descubrirá como principal novedad la reordenación en sí: si hasta el momento el Museo Picasso mostraba su legado según un criterio cronológico, la disposición actual es temática y se distribuye en diez salas dedicadas a otros tantos episodios o argumentos de la narración que es esta colección: así, tras una primera estancia de bienvenida que ahonda en la relación de Picasso con Málaga, las restantes indagan en el creador como ser social, el cubismo, el compromiso político, los bodegones y las naturalezas muertas, el binomio Eros/Tanatos, la relación con los maestros (de Goya a Rembrandt pasando por Velázquez y Balzac), los retratos, el estudio del artista y la tauromaquia. Estos contenidos, según Lebrero, se respetarán aunque cambien las obras en exhibición.


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