20-01-2011 /13:55:52

Dos espacios alternativos se suman a la oferta creativa pública y privada de Málaga

El arte, la literatura, el diseño y la cultura local en general están de enhorabuena. Los creadores no van a encontrarse ninguna puerta cerrada a sus propuestas, tal y como afirmaba este lunes el alcalde, Francisco de la Torre, que defendía el valor de las propuestas de La Casa Invisible, el Mercado de las Artes y La Caja Blanca como nuevos modelos de difusión cultural. Y es que la semana ha comenzado bien para las iniciativas más vanguardistas en la ciudad, que han visto cómo dos modelos diferentes de gestión ciudadana empiezan a cuajar, unas propuestas que se suman a las de las instuticiones y organismos.
Los nuevos modelos, ambos basados en la autogestión, son, por un lado, La Casa Invisible, un proyecto que arrancó motores hace cuatro años con la 'okupación' de un edificio del siglo XIX en la calle Nosquera y que ha recibido en estos días el impulso de las instituciones, que han firmado un protocolo para respaldar sus actividades.
Por otro lado, la estructura construida provisionalmente para albergar el Museo de Atarazanas durante las obras de rehabilitación del inmueble tienen el visto bueno para convertirse en espacio cultural, por lo que albergará en el futuro el Mercado de las Artes, que estará abierto a pintores, diseñadores de moda, ilustradores, escritores y músicos y que contará con un amplio espacio que será punto de encuentro para hacer tertulias, según informan los impulsores de esta iniciativa.
Tras el respaldo de Ayuntamiento, Junta y Diputación, en la Invisible se han puesto manos a la obra para seguir con una programación intensa que tiene su continuidad a diario y que tendrá su culmen en marzo, con la celebración del cuarto aniversario de la 'okupación'. Al margen del debate sobre la forma en la que se tomó el edificio de la céntrica calle Nosquera, que corresponde a otras instancias, la oferta cultural de este enclave ha sido importante durante los últimos cuatro años, en los que ha contado con el respaldo del Museo Nacional Reina Sofía.
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Los artistas y colectivos que gestionan el espacio definen a La Invisible como un laboratorio de saberes y creatividad, un catalizador de experimentos en el que la cultura, mediante un flujo constante, es devuelta a la sociedad de la que nace.
Por su parte, el Mercado de las Artes comienza a vislumbrar un horizonte favorable tras ocho meses de demandas ciudadanas para aprovechar la estructura construida para albergar el Mercado de Atarazanas durante las obras de remodelación. Un edificio en cuya construcción y equipamiento se invirtieron tres millones de euros y para el que la Plataforma que impulsa su uso cultural quería un final más agradable que su destrucción.
Finalmente se ha logrado y este colectivo trabaja ya en el programa para el espacio de 2.000 metros cuadrados abierto a la creación en el más amplio sentido de la palabra. El coordinador de la Plataforma, señala que quieren convertir el centro en un contenedor de las artes en pleno eje cultural de la ciudad, abierto a manifestaciones y propuestas de artistas, creadores, gestores culturales y a la ciudadanía. La propuesta que en las próximas semanas se presentará será la de crear un zoco en el que fotógrafos, pintores, ilustradores, actores, diseñadores, poetas, músicos y otros creadores muestren y vendan su obra.
El edificio contará con talleres, espacios para trabajar en común y otros para fomentar el debate, ya que incorporará una cafetería en la que se organizarán encuentros con los creadores. Así, se quiere desarrollar un proyecto cultural en un espacio que debe ser referente de los valores y actitudes del movimiento contemporáneo y que aportará nuevas actividades de carácter innovador y actual.