30-01-2011 /10:29:30

Negocios de hace 3.000 años

En la época de los fenicios existía un nexo comercial, hasta ahora no constatado, entre los asentamientos del aeropuerto y la desembocadura del Guadalhorce con los pre-tartésicos que habitaban el interior de la provincia. Las últimas investigaciones llevadas a cabo en el yacimiento de Taralpe Alto ,en Alhaurín de la Torre, en relación con los asentamientos fenicios , revelan lo que pudiera ser un importante triángulo de factorías en la provincia hace ahora 3.000 años.
El arqueólogo José Antonio Santamaría, vicepresidente de la asociación local Puente del Rey, que tiene por objeto el estudio y la conservación del patrimonio del municipio, destaca la importancia del yacimiento de Taralpe Alto, excavado el verano pasado y que dio con los vestigios de una antigua cabaña, fragmentos de cerámica y los restos de un telar, entre otros numerosos objetos. El asentamiento data de los comienzos de la Edad del Hierro por lo que el hallazgo supondría la constatación de la influencia de la cultura fenicia en Alhaurín de la Torre y en el Bajo Guadalhorce, llenando un vacío arqueológico y colocando al municipio en los mapas de esa civilización en la Península Ibérica.
Hasta el momento, la tesis es la de que los fenicios instalados en la costa malagueña intercambiaban bienes y alimentos con estos pobladores del interior de la provincia, probablemente indígenas pre-tartésicos, de manera que la combinación de éstos con los restos encontrados en el aeropuerto mostrarían un marco triangular de un destacado cinturón comercial en Málaga. El hallazgo documenta la existencia de una ruta prolongada de intercambio -las muestras pertenecen a varias épocas históricas- entre los pueblos de la costa y los del interior.
El propio Julián Santamaría ha descrito los hallazgos más significativos, destacando los restos de una cabaña de seis metros de ancho por tres de fondo, según se deduce de una fosa que se encuentra semiexcavada en el nivel geológico natural. En los diferentes niveles de estratos del yacimiento han aparecido fragmentos de cerámica de clara procedencia fenicia, con abundantes restos de engobe rojo, así como ánforas y platos de bordes salientes; lo que estima la antigüedad de la ocupación en torno al año 700 a.C. Además, se han encontrado una veintena de fusayolas, unas piezas de barro cocido que se utilizaban en los telares primitivos, lo que hace suponer al historiador que en este lugar se realizaban diversas manufacturas textiles que se intercambiarían con los pobladores fenicios.
Ahora, la intención del colectivo histórico es que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía autorice la ampliación del perímetro del yacimiento, con el objetivo de seguir investigando, dado sobre todo los buenos resultados obtenidos hasta el momento


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