29-01-2010 /11:59:02

Hallan restos relacionados con la islámica Puerta de Antequera

La muralla medieval de Málaga es una de las construcciones realizadas en el siglo XI durante el califato de los hammudíes. Diez siglos más tarde, un extenso lienzo amurallado, situado en la calle Arco de la Cabeza, junto a la casa hermandad de la cofradía de Las Penas, está recobrando el esplendor de antaño, gracias a una intensa labor de conservación y restauración de los restos emergentes de este monumento, llevados a cabo por la empresa especializada Quibla Restaura.
Pero en estos trabajos de recuperación se ha encontrado una importante sorpresa para la historia de la ciudad: el hallazgo de un conjunto de restos relacionados con una de las entradas a la ciudad musulmana, la Puerta de Antequera.
La sorpresa apareció cuando en las tareas de limpieza descubrieron unos huecos que atravesaban la muralla desde la base hasta la azotea, lo que llevó a consultar la cartografía histórica para ver si el hallazgo correspondía con la denominada Puerta de Antequera o un portillo aledaño adosado a una torre.
Concretamente, se localizaron dos vanos o puertas abiertas a la calle Arco de la Cabeza, una de las cuales se corresponde en alzado con un relleno distinto a los cajones de tapial que conforman la mayor parte del alzado. "Éstas se instalaron rompiendo parcialmente una estancia anterior, al parecer de una torre, de planta circular en su origen, y cuyas paredes albergan unos tramos de escalera en sillarejo atribuida al siglo XI", ya que "posiblemente" esa torre fue reestructurada adoptando una planta cuadrangular.
Según el restaurador Joaquín Gallego, de Quibla Restaura, este tramo de muralla ha sufrido numerosas intervenciones hasta principios del siglo XX, que han cambiado su aspecto original. El principal problema al que se enfrenta esta intervención es la cantidad de añadidos y solapados que presenta la fortificación.
En este sentido, Gallego destacó la conservación de todos los materiales que han conformado la muralla original, así como el forro del XVII de mampostería y ladrillo, que se colocó en algunos tramos de “una forma desordenada”. Igualmente, han restaurado un horno que se excavó en el mismo muro, la zona en la que se ubicó un aseo, así como los diferentes tipos de enlucidos que ha albergado la muralla. En las zonas en las que se han retirado los forros de las casas del XIX se ha realizado una recreación del muro de tapial.
La muralla medieval ha desempeñado dos funciones en su larga vida: creada en el siglo XI como elemento defensivo, su función se mantuvo hasta el XVIII, cuando el Ayuntamiento autorizó la construcción de viviendas. La intención es recuperar la secuencia histórica y sólo se conservarán los añadidos que aporten información sobre la vida de la muralla y de la ciudad”, afirmó Gallego.
Este lienzo de muralla, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), se incorporará al circuito turístico-cultural de la ciudad.La muralla medieval de Málaga es una de las construcciones realizadas en el siglo XI durante el califato de los hammudíes. Diez siglos más tarde, un extenso lienzo amurallado, situado en la calle Arco de la Cabeza, junto a la casa hermandad de la cofradía de Las Penas, está recobrando el esplendor de antaño, gracias a una intensa labor de conservación y restauración de los restos emergentes de este monumento, llevados a cabo por la empresa especializada Quibla Restaura.
Pero en estos trabajos de recuperación se ha encontrado una importante sorpresa para la historia de la ciudad: el hallazgo de un conjunto de restos relacionados con una de las entradas a la ciudad musulmana, la Puerta de Antequera.
La sorpresa apareció cuando en las tareas de limpieza descubrieron unos huecos que atravesaban la muralla desde la base hasta la azotea, lo que llevó a consultar la cartografía histórica para ver si el hallazgo correspondía con la denominada Puerta de Antequera o un portillo aledaño adosado a una torre.
Concretamente, se localizaron dos vanos o puertas abiertas a la calle Arco de la Cabeza, una de las cuales se corresponde en alzado con un relleno distinto a los cajones de tapial que conforman la mayor parte del alzado. "Éstas se instalaron rompiendo parcialmente una estancia anterior, al parecer de una torre, de planta circular en su origen, y cuyas paredes albergan unos tramos de escalera en sillarejo atribuida al siglo XI", ya que "posiblemente" esa torre fue reestructurada adoptando una planta cuadrangular.
Según el restaurador Joaquín Gallego, de Quibla Restaura, este tramo de muralla ha sufrido numerosas intervenciones hasta principios del siglo XX, que han cambiado su aspecto original. El principal problema al que se enfrenta esta intervención es la cantidad de añadidos y solapados que presenta la fortificación.
En este sentido, Gallego destacó la conservación de todos los materiales que han conformado la mur


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