01-03-2010 /11:55:01

Puesta a punto de las torres vigía.

Medio Ambiente culmina la rehabilitación de siete atalayas en Casares, Estepona, Marbella y Nerja, con una inversión total de 907.889 euros
Desde que en el siglo XIX dejaron de ser útiles para la salvaguarda de los ataques de piratas en el litoral malagueño, han permanecido mudas, como testigos de la historia de las últimas centurias. Las torres vigías han visto pasar a miles de generaciones y tras casi cinco siglos, ahí siguen, vigilantes de una Costa del Sol que ya sólo es 'invadida' cada verano por las hordas de turistas, deseosos de disfrutar del sol y de las playas. Sin embargo, el tiempo había hecho también una profunda mella en muchas de estas estructuras, mandadas a construir a partir de 1517 por el rey Carlos I, y que hoy día están protegidas como Bien de Interés Cultural (BIC) y como Patrimonio Cultural Español.
Por este motivo, el Ministerio de Medio Ambiente emprendió desde hace varios años un proyecto de restauración de las torres vigías de las costas malagueñas, en las que se levantan más de medio centenar de estas estructuras militares y defensivas, que tuvieron su última gran utilidad pública como complemento a la labor de la entonces recién creada Guardia Civil, a mediados del siglo XIX, y como elemento añadido a los cuarteles de los carabineros.
En total, el Gobierno central ha invertido 907.889 euros en la rehabilitación integral -con métodos totalmente respetuosos con los materiales y las formas originales- de siete de estas estructuras, en las localidades de Casares, Estepona, Marbella y Nerja. En concreto, se ha actuado, a lo largo de los últimos quince meses, en las atalayas de La Sal (en Casares), de Saladillo (Estepona), de las Bóvedas, de Río Real, y de las Cañas (en el término municipal de Marbella), y de Maro y La Caleta (en Nerja).
Entre los trabajos realizados y que han sido ejecutados por la empresa pública Tragsa, se han incluido el acondicionamiento de los terrenos, la reposición con piedras y morteros, la limpieza de las torres, la recuperación del mobiliario y la renovación de las pinturas, así como la instalación de nuevos sistemas de iluminación, que permiten realzar la belleza de estas estructuras.
En todos los casos, las actuaciones se han llevado a cabo respetando al máximo las características originales de unas atalayas defensivas que recibieron un impulso decisivo bajo el reinado de Felipe II, en el siglo XVI, de la mano de los ingenieros militares Juan Bautista Antonelli y Vespasiano Gonzaga.
Así, en algunos casos, como en el de la torre vigía de La Caleta, en la zona más oriental del término municipal nerjeño, y debido a las grandes dificultades orográficas del terreno, en pleno paraje natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo, el transporte de los materiales se tuvo que hacer con mulos.
En otros lugares, como en la zona de Estepona o Marbella, las torres se encuentran ya situadas en pleno centro urbano, por lo que los trabajos de rehabilitación fueron mucho más accesibles


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